Noticias para todo el mundo / Por Manuel Tiberio Bermúdez

Érika Zapata del Noticiero Caracol es  comidilla de los opinadores de oficio, ha servido de plato principal para los que usan la opinión para ganar lectores o seguidores o para que sumen los “likes” en sus redes sociales.

 Cuando la vi por primera vez haciendo un informe me sorprendió su voz               aguda pero me gustó su decir, me encantó el contar tan personal, autentico. 

A muchos les molesta  que no venga a hacer reportería  desde las pasarelas de un reinado, si no que es una muchacha llegada del campo que sabe de caballos y gallinas, pero también conoce la jerga, los dichos, los refranes de los hombres y mujeres campesinas  entre  los que ella se crio y por eso pensaban que “no iba a llegar a ningún lado”. 

Y entonces, fiel a su sentir y preparada como la que más, empezó a escribir los informes en un estilo particular y echando mano, cuando la ocasión lo ameritaba  de los decires y las maneras de hablar de su gente, para que, si la veían pudieran entenderla y no como a ella le había sucedido muchas veces  cuando había visto en la televisión, una noticia que no logró entender por lo rebuscado del lenguaje.

Y claro, algunos de los señores de los espectáculos, a los que no les cala la autenticidad de la gente, cuando la escucharon  se salieron de sus trajes  hechos para aparentar poder y distinción  y conminaron a la muchacha a mejorar el vocabulario, a ponerle seriedad a sus informes y más de una vez le cerraron las puertas a la oportunidad.

Tenía ganas de hacer buena reportearía,  no esa desabrida y aburridora que hacen muchos periodistas creyéndose los “chachos” del micrófono.

Pero no solo fueron los señores que mandan, o mejor, los que sirven de mandaderos a los dueños del poder, sino que también los periodistas que se creen estrellas, los columnistas en busca de notoriedad vapulearon  a la periodista que usaba ese lenguaje “montañero” para decir las noticias.

Les molestaba  que ella diga: pa´ acabar de ajustar; “mero gentío”;  “sentí una emoción tan verraca” “hay tanta gente que no cabe un arroz parao”; y otras que redondean más una noticia que cualquiera de las “sesudas” y rebuscadas palabras con las que desinforman algunos: “en el marco de esta reunión”; “el señor presidente le apuesta a lo mejor”.

Ella no se intimida  para contar que “En Santa Fe de Antioquia, Carmen de Viboral y El Retiro hay unas fincas muy buenas, muy bacanas para disfrutar”, o “Este es el panorama, muchas personas desesperadas por esperar, otras, estirando trompa, pero tienen toda la razón. Ya se les vinagró el aguinaldo”.

Así es ella: autentica sin poses de diva pero con buenos textos que hacen recordar a una de las mejores  de este oficio: la Nena Arrázola. No sé a otros pero a mí me encanta su contar, su decir, su manera de hacer periodismo y la empresa que la contrató ha ganado con tenerla como reportera. 

Hay que felicitar a Érika Zapata, esa montañera que soñó con hacer noticias para todo el mundo… y lo está logrando.

Fotos tomadas de la web

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