Con baladas una generación construyó la ternura /Por Manuel Tiberio Bermúdez

Muchas son las apreciaciones que se han hecho sobre música: bolero, tangos, rancheras, y otras melodías han estado en el norte de algunos escritores.

Pero que la balada haya sido el aliciente para que alguien tomara como patrón los versos de esas canciones y hacerse poeta, son contados los casos.

Mi invitado de hoy tiene recuerdos de su nacer a la poesía y del contacto inicial con las baladas que empujaron su trabajo de amante y practicante de los versos y las estrofas.  

El escritor Carlos Fajardo Fajardo nos trae la sorpresa de un análisis de la balada, su influencia y la paridad con sucesos que marcaron el ritmo de este siglo.

Fue una generación a la que la balada también se unió toda la música de rebeldía, la que llamamos en esa época “de protesta”.

Escritor, hacía rato que no lo veíamos por Cali. ¿Qué nos trajo en esta oportunidad, porque usted siempre llega a la ciudad con alguna agradable sorpresa?

Estoy en Cali para presentar un libro que tiene por título La balada, educación sentimental de una época, es sobre la música balada de los años 60 y 70, que nos impactó, que nos construyó una sensibilidad especial, que generó entre la juventud de la época una forma de vivir, de amar, de asumir la existencia y, sobre todo, enamorarse.

¿Qué va a encontrar el lector en este nuevo trabajo?

En este libro rescato algunos de importantes cantantes y grupos de la época que provocaron entre la generación de aquellos años una posibilidad de asumir el mundo y de encontrar un puesto de amor y de construcción de ternura frente al mundo.

¿Por qué el tema de La balada y no el Tango, la Salsa o el Bolero?

Porque sobre esos ritmos se ha escrito mucho. Más aún, porque, la balada, fue uno de los primeros pupitres sentimentales de una generación, sobre todo de la mía. Yo, por ejemplo, construí a partir de la balada una formación poética. Creo que fue mi apertura hacia la poesía en tanto que yo no solamente cantaba las baladas, sino que las transcribía de la radio. Esa atracción, tanto musical como de las letras, fue lo que me atrajo hacia la poesía y a la escritura.

De la balada poco se ha escrito y quiero hacer una aclaración.  Hace algunos años a la balada la llamaron “música para planchar”, me parece que fue una nominación muy despectiva, excluir la importancia que tuvo la balada para algunas generaciones, pero sobre todo, la relación que tiene la balada con la existencia de los jóvenes de la época. Es más, es un término excluyente y clasista, ya que se consideraba que las baladas solamente la escuchaban las muchachas de servicio y eso no fue así. Ese término es lo más horroroso que se le ha podido dar a una música que fue tan importante para la época, sin dejar de darle la importancia que se merecen otras músicas como el Bolero, la Ranchera y el Tango, entre otros.  Lo que yo rescato realmente en mi libro es como la banda sonora de una generación.

¿Qué es el libro: ensayo, crónica o perfiles?

El libro tiene tres partes. Hay unas crónicas donde se cuenta como nos llegó la balada a partir de la radio y las radiolas y se integraron a la sensibilidad de la época.

Hay otra parte en la que hago un trabajo muy minucioso de cómo la balada nos fue enamorando y cómo fue llegando por países: México, España, Francia con Charles Aznavour y también el arribo de la gran balada italiana que considero, sin dejar de lado la de los otros países, fue la que más tuvo una gran altura poética y musical.

Se hace un rescate de los grandes cantantes de los años 60 con los grandes festivales en donde destaca San Remo.

Hay también un espacio donde se habla de la balada en Suramérica, países que aportaron muchas baladas como Argentina, Chile, Perú y como la balada fue construyendo un entramado musical que se hizo muy popular entre la juventud. Luego llego a Colombia, y sus baladistas.

El libro tiene una tercera parte donde el libro se concentra en los cantantes. Hago una crónica sobre ellos: Aznavour; Salvatore Adamo; Piero, Gigliola Cinquetti, Leonardo Fabio; Domenico Modugno, que fue prácticamente el padre de la balada italiana. Están, por supuesto, Roberto Carlos; Nino Bravo y se hace un balance de los festivales de San Remo, en especial sobre todo, los que nos llegaron en discos LP.

El libro es una compilación. Es de la memoria que va hacia la memoria de una generación para no dejar atrás el concepto de memoria. Recordemos que el poeta es el guardián de la memoria.

¿Pero; ¿hay otros sucesos que fueron simultáneos a la música y que usted recoge en el libro?

Fue una generación a la que la balada también se unió toda la música de rebeldía, la que llamamos en esa época “de protesta”. Pero también se hizo la revolución en las tablas, se hizo también un balance político y estético. Fue una generación que necesitaba del amor, pues, veníamos de la violencia desde los 50, por eso exigíamos paz y amor como ocurrió en aquel momento.

La invitación está lanzada para que el próximo sábado 22 de junio a las 7 p.m., usted haga parte de los invitados al lanzamiento del libro en el Café Libro Libertienda ubicado en la Carrera  16 No 2A-47. Será una velada-balada muy variada con músicos e invitados de excepción.

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